sábado, 7 de febrero de 2015

JUAN SOLANO, EL "MAESTRO"

   Retrato del maestro Juan Solano. Óleo de Giovanni R.Tortosa.


    Junto a la vieja estufa de leña, con las bocanadas de humo de un cigarrillo siempre fiel entre sus dedos, el maestro gustaba de la conversación; -siempre y cuando se hablase de cualquier motivo menos de él. Era la "clausula secreta" de aquel lugar: el estudio-taller donde su verbo fluido sin haber perdido el "gracejo" malagueño engrasaba los temas que en su mayor parte tenían que ver con el arte.
    Nacido en la Málaga de Pablo Picasso, en un 23 de octubre de 1923; Juan Solano García encontró en los talleres de la familia Palma-Burgos, el lugar idóneo para aprender aquello que a la postre sería su gran pasión: la talla en madera. A ello se unió el dorado y plateado que ejercía sobre el barroco de los tronos andaluces.
    La devastadora guerra, mal llamada "guerra civil"; -porque de civismo tuvo poco o nada y sí mucho de barbarie y de tremenda ignorancia de un pueblo llamado España, no solamente dejó victimas humanas, también asoló parte de un patrimonio artístico producido a lo largo de varios siglos.
     Por esas circunstancias, la labor de restauradores, tallistas, imagineros y demás elenco tuvieron abundante trabajo en esas épocas. Y es cuando Juan Solano hace acopio de sus enseres personales y viaja a Madrid junto a los Palma-Burgos. Allí residirá unos cuantos años, y posteriormente Cieza sería su punto de destino. Tanto la parroquia de San Joaquin, como La Asunción fueron testigos de la labor profesional de este grupo de artistas malagueños. Y es cuando aparece Carmen en la vida del maestro. Después llegarían sus hijos: Mariano, Isabel y María del Carmen.
     La vocación artística de Solano fue intensa y expansiva. Su contribución desinteresada para que en Cieza se aprendiesen técnicas artísticas fue determinante, y gracias a su labor germinaron numerosos pintores y escultores.
      Una vez jubilado, su taller se convirtió en un "bunker"; su dorado "exilio" particular. Entre gorjeos de decenas de pájaros que revoloteaban entre tallas, cuadros, gubias,  pinceles, y el hilillo musical que se escapaba de un viejo radio-casette conformaban una atmósfera atípica presidida por el humo envolvente de los cigarrillos y su mirada interrogativa.
      Pero el tiempo, que todo lo abrasa; también asoló aquel lugar pacífico, dejando el aire huérfano de la discreta sabiduría de un hombre de potente humildad, de corta estatura y corazón grandioso.
      El 20 de mayo de 2005, aquellos pájaros;-al igual que su protector, volaron en busca de otros confines. No soportaron la ausencia de aquél que les cobijó en su morada; de aquel amante de las artes, de la vida, de la libertad.....

Giovanni R.Tortosa.
    

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